Qué dice la Unión Europea sobre el uso de productos fitosanitarios
Desde 2009, la Unión Europea tiene una directiva clara sobre el uso de productos fitosanitarios. Se trata de la Directiva 2009/128/CE, también conocida como Directiva sobre el uso sostenible de pesticidas. Su objetivo es reducir los riesgos y los impactos de los pesticidas en la salud humana y el medio ambiente, fomentando la adopción del manejo integrado de plagas (MIP) y la promoción de prácticas agrícolas alternativas.
A nivel de los países que integran la Unión Europea, en los últimos años también se han observado posiciones firmes. En Francia, el Ministerio de Agricultura y Alimentación ha implementado el plan Écophyto II y el plan Écophyto II+, ambos destinados a reducir el uso de productos fitosanitarios. En España ha surgido otro plan de este tipo con el nombre de Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios. Un plan que también se puede encontrar en Italia con el mismo nombre.
Por tanto, vemos que el deseo de reducir el uso de productos fitosanitarios en favor de soluciones alternativas es ampliamente compartido en toda Europa. También se encuentra internacionalmente, especialmente en algunos estados de Estados Unidos como California, Nueva York y Washington.
Centrarse en el control biológico, los fertilizantes y los bioestimulantes
El control biológico es una alternativa natural interesante para combatir el estrés biótico en las plantas. El estrés biótico, en pocas palabras, incluye las diferentes agresiones de organismos vivos a las que están expuestas las plantas, como plagas, insectos, enfermedades y plantas parásitas.
Los fertilizantes, por su parte, aportan a las plantas los nutrientes que necesitan para crecer adecuadamente. Ellos pueden corregir las carencias de los suelos pobres en elementos nutritivos y se utilizan como verdaderas fuentes nutricionales directas, a diferencia de los bioestimulantes que más bien estimulan la capacidad de las plantas para absorber los nutrientes presentes naturalmente en el suelo.
Además, los bioestimulantes tienen otros objetivos, incluido el de luchar contra el estrés abiótico, es decir, las condiciones climáticas extremas a las que pueden estar expuestas las plantas, como sequías, variaciones de temperatura, fuertes vientos, etc. Al actuar favorablemente sobre el funcionamiento y desarrollo de las plantas y del suelo para un mejor rendimiento, también se encuentran entre los actores clave en la transición agroecológica. En efecto, hoy en día, los bioestimulantes son reconocidos como una solución innovadora y eficaz, cuyo uso permite reducir la utilización de fertilizantes y productos fitosanitarios. Desde la óptica de la agricultura sostenible, esta solución complementaria se destaca y abre nuevas perspectivas para el sector agrícola.