Bioestimulantes vegetales: factores clave de éxito

Para avanzar hacia una agricultura más sostenible, cada vez más profesionales del sector agrícola optan por usar bioestimulantes en sus cultivos. Esta solución complementaria y alternativa a los productos fitosanitarios y fertilizantes, ofrece numerosas ventajas ya que mejora tanto los rendimientos como la calidad de la cosecha.

Actualmente en el mercado hay una amplia gama de bioestimulantes, con acciones adaptadas a cada objetivo, desde mejorar la calidad de los cultivos hasta combatir el estrés abiótico. Para aprovechar al máximo sus múltiples ventajas, es importante comprender cómo utilizarlos, a qué soluciones recurrir y en qué condiciones aplicarlos para optimizar la eficacia de los bioestimulantes vegetales y promover los factores de éxito.

¿Por qué utilizar bioestimulantes para las plantas?

Los agricultores, viticultores, horticultores y fruticultores pueden encontrar beneficios en el uso de productos de bioestimulación. Compuestas de microorganismos, extractos de algas, aminoácidos y sustancias minerales, las sustancias bioestimulantes pueden tener varias funciones en las plantas. Algunos productos actúan sobre el rendimiento agrícola, mientras que otros proporcionan plantas más vigorosas y con un crecimiento acelerado. Desde la estructura del suelo hasta el desarrollo del sistema radicular, la bioestimulación adopta diversas formas hoy en día.

El uso de un bioestimulante también permite mejorar la resistencia de las plantas contra diversos estreses abióticos. Los profesionales de la agricultura saben que las condiciones climáticas cambiantes causadas por el calentamiento global frecuentemente provocan pérdidas significativas. Heladas, temperaturas extremas, granizo, exceso o falta de agua… Los factores de estrés abiótico afectan a todas las plantas, a niveles cada vez más intensos y durante cada ciclo agrícola en todos los continentes. El uso de bioestimulantes puede ayudar a evitar lo peor y asegurar el rendimiento de los cultivos al aumentar la resistencia de las plantas.

A diferencia de los productos de biocontrol, es importante saber que los bioestimulantes no actúan directamente sobre enfermedades y otros perturbadores del crecimiento como las plagas. En su lugar, permiten obtener plantas robustas que se desarrollan más rápidamente y al mismo tiempo mejoran los rendimientos. Además, estos productos no sustituyen completamente a los fertilizantes químicos ya que son complementarios.

¿Los bioestimulantes son adecuados para todos los cultivos?

Aunque el término bioestimulante surgió en la década de 1990, solo recientemente ha sido adoptado por una gran mayoría de productores y otros representantes del sector agrícola. Aunque generalmente poco conocida, esta solución se destaca como una vía a seguir en la agricultura orgánica y convencional. Hoy en día, todavía se realizan estudios para comprender los factores clave del éxito y descubrir todos los beneficios de los bioestimulantes.

Al principio dudaban, pero ahora los agricultores son los primeros en recurrir a los bioestimulantes para sus plantas; esto es especialmente cierto en los cultivos extensivos. Los utilizan principalmente en un contexto preventivo, con el objetivo de asegurar sus rendimientos. Entre estos cultivos potenciados por bioestimulantes se encuentran: cereales, frutas (frutas de pepita como peras y manzanas, frutas de hueso, cítricos, vid, etc.) y hortalizas (solanáceas, cucurbitáceas, etc.). El impacto de los bioestimulantes no se limita al rendimiento, ya que estas soluciones también mejoran la calidad de las cosechas. Las frutas pueden ser más coloridas, las verduras pueden tener un tamaño uniforme y el nivel de azúcar puede aumentar en las frutas, además de ganar firmeza.

Se han observado beneficios en diferentes tipos de plantas en Francia, Europa y en todo el mundo, incluidos los cultivos perennes. Estas observaciones nos permiten afirmar que los bioestimulantes son adecuados para todo tipo de cultivos. Sin embargo, ahora también sabemos que su eficacia varía según el clima, el tipo de suelo e incluso la planta.

Estudios realizados por Danny Geelen en la Universidad de Gante destacan estas diferencias. Este especialista en biología vegetal ha observado en particular que los climas áridos y desérticos son extremadamente receptivos a los bioestimulantes. Por lo tanto, en períodos de sequía, su uso puede ser especialmente recomendable. Los cultivos de hortalizas y tubérculos también han demostrado ser muy prometedores bajo la acción de estos productos de bioestimulación.

El uso de bioestimulantes en cultivos

Desde vides hasta grandes cultivos, varias plantas pueden beneficiarse de los bioestimulantes. Para mejorar el éxito de este producto, es importante entender bien cómo funciona. Desde su aplicación hasta sus componentes, varios elementos deben considerarse para comprender los factores clave del éxito de los bioestimulantes vegetales.

¿Cómo se utilizan los bioestimulantes?

Antes que nada, debes saber que los bioestimulantes vienen en diferentes presentaciones, ya sea en forma sólida o líquida. Desde el cultivo de frutas al de cereales, las condiciones de aplicación no son las mismas. Por ejemplo, algunos productos están diseñados principalmente para mejorar la fructificación, y pueden ser utilizados en viñedos, frutas de pepita o de hueso, o incluso solanáceas. En este ejemplo, un bioestimulante puede estar compuesto de aminoácidos, minerales y vitaminas. Este debe aplicarse al inicio del cuajado. Otros productos destinados a colza o a soja deben ser utilizados durante la floración.

Es necesario seguir recomendaciones adicionales para la aplicación de los bioestimulantes, como la dosis y el número de aplicaciones. Estas instrucciones de uso generalmente están detalladas en la etiqueta de cada producto. El método de aplicación puede ser foliar o al suelo. Por lo tanto, esta diversidad de usos requiere un enfoque específico, cultivo por cultivo.

¿En qué condiciones son más efectivos los bioestimulantes?

Como se escribió anteriormente, cuando se aplican correctamente (período, dosis, etc.), los bioestimulantes son beneficiosos para todas las plantas. Sin embargo, los grandes cultivos son los que más se benefician, ya que su rendimiento puede mejorar de manera sostenible.

Para aprovechar todo el potencial de un bioestimulante, es fundamental elegir una composición especialmente diseñada para el objetivo deseado: tolerancia a la sequía, asegurar el rendimiento, crecimiento, floración, fructificación, desarrollo de raíces, etc. ¡De esta forma, la eficacia de los bioestimulantes será aún mayor!