Según la Oficina Francesa de Biodiversidad, más de un tercio de la superficie terrestre está compuesta hoy por ecosistemas agrícolas, incluyendo aproximadamente 1580 millones de hectáreas de tierra cultivable, tanto cultivos perennes como anuales, lo que representa alrededor del 33% de las tierras agrícolas del mundo (fuente: FAO).
Ante el empobrecimiento del suelo, el uso excesivo de productos fitosanitarios y los efectos negativos del cambio climático, las plantaciones, incluyendo los cultivos perennes, están expuestas a diferentes amenazas y su producción se ve afectada.
Mantener una producción de calidad y cantidad suficiente es, por lo tanto, un desafío esencial para los agricultores. Los bioestimulantes, cada vez más utilizados en el sector agrícola, son una solución eficaz para mejorar el rendimiento de diferentes tipos de cultivos, incluyendo los cultivos extensivos y los cultivos perennes.